La Torre de Espantaperros es también conocida como la Torre Atalaya. Es una torre albarrana, es decir situada fuera de un recinto amurallado y que servía de defensa, está situada junto a la alcazaba de Badajoz, en la antigua plazuela del reloj junto a la entrada de La Galera y sus jardines. Es de origen almohade y tiene una planta octogonal. Fue construida en 1169 por el Califa Abu Yaqub Yusuf y restaurada por el arquitecto Ventura Vaca a principios del siglo XX. Mide unos 30 metros. Se divide en tres cuerpos. Constan de una pequeña cámara central cuadrada, con bóveda vaída y un espacio alrededor dividido en tramo rectangulares y triangulares, cubiertos con bovedas de arista.
Aquí vemos los muros exteriores de la Torre de Espantaperros
Los muros exteriores tienen arcos ciegos y algunos poseen aspilleras, que es una abertura vertical fina y profunda. De los tres cuerpos en los que se divide el inferior es macizo, el central es hueco y alberga dos pisos, y una terraza almenada. El primer piso del cuerpo hueco se comunica con el adarve mediante un lienzo de muralla protegido por otras dos pequeñas torres. Ambos pisos tienen una distribución interior idéntica. La comunicación entre ambos pisos se realiza mediante una escalera que pasa a través de un hueco de la bóveda. La terraza está marcada hacia el exterior mediante una imposta de ladrillo, que es una fila de sillares, formando el motivo listeles paralelos, característico en las construcciones almohades. Esta terraza estaba en comunicación visual con el resto de atalayas, torres de vigilancia, que construyeron los musulmanes alrededor de la cuidad.
Aquí vemos la Torre de Espantaperros en todo su esplendor
A menudo la torre de Espantaperros se confunde con la torre Alpéndiz, que está situada cerca de la puerta del Apléndiz. Está torre sigue la costumbre militar almohade de hacer torres albarranas poligonales. La mayor parte de la torre es maciza, salvo sus dos plantas superiores que constituyen dos cámaras anulares, es decir con forma de anillo, que están abovedadas. En su origen estaba rematada por una pequeña construcción cuadrada decorada con arcos entrecruzados, y posteriormente a la construcción, en el siglo XVI se le añadió un templete, que es un pequeño armazón con forma de templo para reguardar algo, de estilo múdejar que ahora aun puede verse.
Aquí vemos el templete donde se alojaba la campana
El templete tenía la función de alojar una campana, la cual le dio nombre a la torre ya que cuando está cuando sonaba espantaba a los perros, la campana fue desmontada a finales del siglo pasado, y en la actualidad se conserva en el museo arqueológico de la provincia de Badajoz. En el verano de 1920 el estado de ruina era preocupante. Un par de años después parte de la torre se desplomó cayendo al interior de una de las viviendas que tenía adosadas. El alcalde, a instancias del arquitecto municipal, exigió a la Comisión de Monumentos que se pronunciara: se restauraba la torre o se demolía. Y actualmente el estado de la torre tampoco permite que este abierta al público. La torre de Espantaperros sirvió de inspiración para medio siglo después construir la Torre de Oro en Sevilla.
Aquí vemos la Torre de Espantaperros en ruinas
Y aquí iluminada, en ambas fotos podemos apreciar las diferencias
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